Es el elemento más importante en un coche eléctrico o híbrido. Las batería de Litio son las que más capacidad tienen y las más utilizadas. Son las que están teniendo una evolución más rápida porque, aparte del Litio, se está evolucionando otros componentes de la batería que aportan seguridad, estabilidad, precio más bajo, etc. En esta página veremos cuales son los tecnologías que se están empleando.
NCA y NMC
Son las abreviaturas de Niquel-Cobalto-Alumnio y Niquel-Manganeso-Cobalto. Son las baterías con las mayores prestaciones. El elemento activo es el Litio pero, los metales indicados, sirven de armazón, influye en las reacciones químicas y prolongan la vida útil. Aunque son las que mejores prestaciones tienen tanto el Niquel como el Cobalto son metales caros que incrementan bastante el precio de la batería. Además, la extracción del Cobalto al final de la vida útil es complicado y plantea problemas medioambientales.
LFP
Es la abreviatura de Litio-Ferrofosfato. Estas batería son más baratas y son muy estables químicamente. Reducen bastante el riesgo de incendio y explosión. Por contra tienen unas prestaciones algo menores y son más delicadas en ambientes muy frios. Al no tener cobalto el precio baja substancialmente y no tiene los problemas medioambientales asociados.
Ni-MH
Las baterías de Niquel-Metalhidruro tienen una tecnología muy probada, estable, barata y fiable. Utilizan un electrodo de Niquel en lugar de Litio lo que implica una capacidad bastante inferior ya que el voltage baja de 3,6 voltios a 1,2 voltios. También el Niquel es más pesado que el Litio
Su utilidad principal está en los coche híbridos no encufables y microhíbridos. Estos coches tienen una capacidad de batería de 1 a 2 KWh. Una batería de Ni-MH de esta capacidad tiene un tamaño muy razonable y es mucho más robusta y barata que una batería de Litio. Por lo tanto es la más utilizada en este tipo de coches.
Autonomía
La autonomía es el punto más importante en un coche eléctrico. El consumo habitual de un coche eléctrico pequeño es de 14 KWh para recorrer 100 Km. Este consumo sube hasta los 16 KWh en invierno ya que, la necesidad de calentar el coche, también tiene un consumo alto. El impacto de un ambiente frio es algo a tener siempre en cuenta en un coche eléctrico. SI contamos con una batería típica de 40 KWh tenemos una autonomía entre 250 Km y 285 Km.
En un coche grande el consumo puede subir a 20 KWh o incluso 25 KWh en invierno. Estos coches, al tener más espacio, puede disponer de batería más grandes superiores a 100 KWh lo que permite autonomías de más de 500 Km. La batería está situada en los bajos del coche y el tamaño del coche importa. A mayor tamaño se puede instalar una batería más grande. Por lo tanto, para tener una gran autonomía, es necesario un coche más grande y optimizar el consumo por cada 100 Km. No se puede esperar una gran autonomía en un coche pequeño.
Recarga
La recarga habitual será realizada en nuestro garaje con una potencia entre 3,6 KW y 7,6 KW. Potencias superiores hasta 22 KW implican una conexión trifásica y un coste por potencia que puede ser elevado. Con la potencia máxima habitual nuestro coche se cargará durante varias horas de una manera lenta. Esta es la carga que supone un menor estres para la batería. El coste del KWh suele estar entre 0,10€ y 0,15€ lo que supone una carga muy económica.
En el caso de tener que cargar en un cargador público tenemos varios problemas: El precio suele estar entre 0,35€ y 0,50€ en función de la potencia. Los puntos de recarga lentos (similares a los de nuestra casa) son los más habituales e implican un tiempo largo de recarga. Los cargadores rápidos de 50 KW o más son más difíciles de encontrar y tampoco debemos hacernos unas grandes espectativas. Hasta el 50% de la batería la carga es muy rápida, pero se va frenando progresivamente según nos acercamos al 100% para proteger la batería. Para una carga completa debemos considerar más bien un tiempo de 2 horas. Este es el tiempo que debemos considerar en un viaje largo para tener nuestra batería completamente cargada.